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¿Cuánto vive un gato persa?

¿Cuánto vive un gato persa?

La promesa de vida de un gato persa tendrá dependencia bastante de los cuidados que le demos, si prestamos la adecuada atención a sus distintas pretensiones esta se alargará, se conoce que varios gatos viven hasta los 18 años en compañía de sus dueños

Va a haber varios componentes que alargarán su historia media, como una nutrición balanceada y balanceada, que su modo de vida esté lleno de ejercicio, diversión y cariño, que su salud sea buena, para esto se aconseja ir al veterinario de forma regular.

¿Qué cuidados precisa un gato persa?

El precioso pelaje del gato persa necesita un precaución particular. La continuidad de cepillado ha de ser día tras día para remover cualquier mugre que logre quedar atrapada en su abundante pelo. Asimismo es buena iniciativa ofrecerle malta para batallar las bolas de pelo.

Pese a su protección natural, se debe tener particular precaución con los ejemplares de esta raza en invierno, en tanto que son muy sensibles al frío. Las infecciones en el área de los ojos son recurrentes pues tienden a lagrimear en demasía. Una limpieza día tras día evitará la acumulación de pitañas.

¿Qué comen los gatos persas?

Los gatos persas no tienen una nutrición muy diferente (salvo que tu veterinario te lo indique) sino comen la habitual comida balanceada para gatos.

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Lo esencial y a tener en consideración es que se les debe ofrecer pequeñas porciones de comida, pero múltiples ocasiones cada día; así puedes contrarrestar su apetito insaciable.

Gato persa

El gato persa es un gato relajado, pacífico y muy cariñoso; quizás este sea su truco para vivir mucho más, puesto que tiene una promesa de vida media de 12 a 15 años.

Se conoce que varios gatos de esta raza acompañan a sus dueños a lo largo de 18 años o mucho más.

promesa de vida Gato persa

Podría decirse que los persas son entre las etnias de gatos mucho más viejas que hay. No obstante, según estudios genéticos recientes, lo que no está completamente claro es si procedían de la región persa de Khorasan, donde se estima que el explorador italiano Pietro de ella Valle los trajo a Europa. Los descubrimientos clave de este estudio tienen dentro que el 64,9% de los gatos persas tenían cuando menos un trastorno registrado. Los trastornos concretos mucho más usuales fueron los inconvenientes del pelaje (12,7 %), la nosología dental (11,3 %), las uñas encarnadas (7,2 %) y la secreción ocular (5,8 %). El gato persa es un felino que necesita de múltiples cuidados.

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