¿Cómo enseñar a un gato a obedecer?
Es posible que debamos ser mucho más pacientes que con un perro y aguardar el instante conveniente, pero entrenar cosas juntos es una buenísima actividad para progresar el vínculo con tu gato, reduciendo de este modo los escenarios de agobio y eludiendo inconvenientes de conducta.
La multitud tiene la mala práctica de cotejar, frecuentemente sin ningún sentido. En el reino animal no tenemos la posibilidad de evaluar a todos y cada uno de los animales por igual y acostumbramos a cotejar a los 2 animales familiares preferidos del humano más especial: el perro y el gato. Pero no, un gato no es un perro, no hace lo mismo, no se comporta igual, no aprende igual. En este punto entramos en el eterno enfrentamiento de ¿quién es mucho más capaz? el perro o el gato? enfrentamiento que va a estar marcado por si acaso somos perros vs. Los gatos y nuestras opciones. Un enfrentamiento interminable que proseguirá estando por el momento pues hay poca investigación sobre el intelecto animal y no hay suficientes estudios definitivos sobre el intelecto de perros y gatos. Pero verdaderamente, qué importa quién es mucho más capaz, solo debemos tomar en consideración que los perros y los gatos no son iguales, aprenden de forma diferente y carece de sentido equipararlos.
Lo que se conoce de los gatos es que son seres bastante independientes, territoriales y sus vínculos tienden a ser familiares. Los gatos tienen la posibilidad de vivir solos, pero esto no tiende a ser de esta manera, ahora que los gatos salvajes como los familiares son criaturas sociales que comunmente aprecian vivir en compañía de otros animales, si hay suficientes elementos para todos ellos, y gozan asimismo de la compañía de la gente. . .
En verdad, siempre y en todo momento se aconseja adoptar 2 gatos en vez de 1 solo por el hecho de que verdaderamente gozan de la compañía de un integrante de su clase.
¿Puedo lograr que mi gato me escuche y comprenda que yo soy el jefe?
Los gatos necesitan un enfoque de entrenamiento muy distinta al de otros animales familiares como los perros. Con tiempo y paciencia, puedes enseñarle a un perro a obedecer tus órdenes y efectuar trucos con relativa sencillez, en tanto que son animales de carga y tienen una entendimiento instintiva de la jerarquía. Por ende, si el dueño establece su dominio, el perro lo comprende.
Los gatos, en cambio, son bastante menos sociables y no están familiarizados a vivir en manada: en verdad, el único felino del reino animal que lo realiza de manera instintiva es el león. Un gato, por consiguiente, no es un animal popular por naturaleza (si bien es amistoso y puede convivir con otros gatos y otros animales) y no comprende de jerarquías. Entonces, ¿de qué manera hago a fin de que mi gato me escuche y comprenda que soy el líder de la manada?
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¡Lo deseo!
El tercer punto de de qué forma educar a un gato es cerciorarse de que las acciones inadecuadas sean vivencias desapacibles. Aquí el ejemplo mucho más claro es el rayado en los muebles. Debes emplear tus poderes de observación y paciencia para saber lo que NO le agrada. Ciertos gatos detestan que se les enganchen las uñas en el momento en que están afiladas, conque puedes contemplar el mueble en cuestión con tul o red; puedes buscar un fragancia desapacible, como pimienta, mentol, insecticidas (que no venenos) o en ocasiones marcha bien poner una cinta adhesiva por los dos lados a fin de que los dedos queden pegajosos. Otra cosa que tiende a ser eficaz para entrenar a un gato a fin de que no rasque donde no debe es buscar una textura que no le agrade, como plástico, papel de aluminio, papel de lima.
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